En el marco del día Mundial de la Propiedad Intelectual, desde Aceleradora Litoral reafirmamos nuestro compromiso con la protección del conocimiento como motor del desarrollo. En este escenario, las Universidades son actores claves tanto para la generación como para la protección del mismo.
Uno de los proyectos más innovadores es el Programa de Inteligencia Estratégica y Tecnológica (PIET) de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral. En esta entrevista con nuestro equipo, Marcelo Grabois, Coordinador del PIET, nos habla de la importancia de la protección del conocimiento y de cómo la FIQ-UNL lo pone en práctica en nuestro país.
Entrevistador: ¿Por qué consideras importante crear PI sobre los desarrollos tecnológicos y las creaciones humanas?
Marcelo Grabois: “Los Derechos Intelectuales (DI), al excluir a terceros de usar, elaborar y comercializar las creaciones protegibles, generan valor por la exclusividad de explotación comercial de los mismos. Es un estímulo que los Estados otorgan a los creativos con el objetivo de estimular la inversión en innovación. En consecuencia, los Estados que estimulan la innovación implementan fuertes sistemas de gestión y respeto a los Derechos Intelectuales.
Los instrumentos que surgen de los DI, tales como Patentes de invención, Diseños, Marcas, etc. agregan valor por la exclusividad que otorgan, constituyéndose muchas veces en el mayor valor económico de una empresa.
Existen campos tecnológicos que no requieren de DI, pero otros son muy activos en este territorio. Por ejemplo, invenciones en el campo de la medicina, la biotecnología y la farmacia que no se protegen, nunca llegan a los usuarios pues ningún inversor afrontaría el riesgo del desarrollo, las aprobaciones regulatorias y el largo tiempo que requieren estas tecnologías para llegar al mercado, sin una opción de ser el único en el mercado por un tiempo. Es por ello que las invenciones universitarias no sólo requieren una buena gestión de protección, sino que requieren de buenas patentes que propicien una protección amplia de los inventos”.
Entrevistador: ¿Cómo impulsan la gestión de la PI desde el Programa de Inteligencia Estratégica y Tecnológica en la FIQ?
Marcelo Grabois: “En el PIET trabajamos desde 2013 en dos andariveles paralelos: Por un lado, ejecutamos proyectos de investigación y de servicios a gobiernos sobre Prospectiva e Inteligencia Tecnológica, con el objeto de diseñar futuros que permitan una planificación ajustada para el desarrollo de la región. Hoy en Argentina parece ciencia ficción, pero esto se está haciendo en todos los países desarrollados y en las grandes empresas. Hoy en Argentina existen empresas de base tecnológica que están aplicando estas técnicas en la gestión de la innovación. La Aceleradora Litoral promueve esta cultura en todo su accionar.
Por otro lado, tenemos una fuerte vocación docente y estamos convencidos que la agregación de valor de una economía, hoy, está basada en la innovación, por lo que la capacitación de nuestros profesionales en gestión de la innovación, gestión de la inteligencia estratégica y Derechos Intelectuales es esencial para construir futuro y crecimiento. Dictamos cursos de grado y posgrado, conferencias, seminarios en Argentina y el extranjero sobre estos temas y hemos transitado un camino extraordinario con el CETRI y los grupos de I+D de la UNL”.
Entrevistador: ¿Qué rol juegan las instituciones como Aceleradora Litoral en la protección del conocimiento?
Marcelo Grabois: “Aceleradora Litoral ha asumido, desde su comienzo, el uso intensivo de la Inteligencia Estratégica y los Derechos Intelectuales. Así ha incorporado los mejores estándares de gestión para sus procesos internos y ha expandido esta cultura no sólo a las empresas aceleradas, sino también al ecosistema emprendedor regional. Convirtiéndose en un gran difusor de esta cultura de respeto a los DI y del uso intensivo de todas las herramientas que nos brindan estas disciplinas”.
Agradecemos a Marcelo por compartir su visión y su trabajo constante por la protección del conocimiento. Estamos convencidos que la expansión de una cultura de protección del conocimiento impulsa la economía creativa, desarrollando empresas generadoras de riquezas a partir de este conocimiento, que transforman las comunidades en innovadoras a través de modelos sostenibles.