“Queríamos hacerlo de otra manera.”. Con esta frase Carlos Pérez, Socio Fundador y Director de Estrategia de Bioheuris, resume cómo se conformó el equipo que daría origen a la empresa de agrobiotecnología dedicada al desarrollo de sistemas sostenibles de control de malezas. A poco más de 5 años desde que comenzó su desarrollo en la ciudad de Rosario, Bioheuris es hoy una empresa con laboratorios en Argentina y Estados Unidos y una misión clara: desarrollar productos para la protección de cultivos.
La empresa enfoca su actividad en el diseño y obtención de tecnologías que le permitan al productor optimizar su rendimiento, retrasando la aparición de malezas resistentes y reduciendo la carga de herbicidas en el ambiente. Sus plataformas tecnológicas, HEURIK y SWAP, combinan Biología Sintética y Edición Génica con programas de mejoramiento de semillas, para lograr tecnologías de resistencia a herbicidas de última generación.
Desde su concepción, el foco de la empresa es implementar su tecnología en los “Low hanging fruits” de la industria, es decir, aquellos cultivos que por sus características se encuentran más al alcance de la mano. Esta meta les permitió no solo lograr avances destacados, sino también poner a la creatividad al servicio de la ciencia de forma sistematizada, creando un modo de hacer único basado en la Heurística.
La Heurística como método.
Cómo incluir la tecnología para mejorar cultivos era una meta desde el inicio para todo el equipo fundador; para lograrla se inspiraron en la Heurística para desarrollar un método propio. Esta cultura se puede rastrear desde el propio nombre de la compañía. “Heuris” proviene de “heurística”, que es el arte y la ciencia del descubrimiento y la innovación. En palabras de Lucas Lieber, CEO de la empresa, “Siempre tratamos de sostener la creatividad como un elemento fundacional para todos nuestros desarrollos, pero a la vez lograr balancearlo con la necesidad de sistematizarla para obtener resultados”.
Este proceso único, lleva a Bioheuris a lograr una verdadera gestión de la innovación y de los descubrimientos basados en ciencia que dan origen a los productos que desarrolla. Buscando que la serendipia que se encuentra en el desarrollo científico no sea la regla para sus descubrimientos, comenzaron a trabajar en la forma de guiar la creatividad, sistematizarla y cumplir con sus objetivos como empresa.
El método Bioheuris busca lograr un balance entre creatividad y sistematización como enfoque central para el desarrollo de productos. En el desarrollo de biotecnología de plantas, el equipo recorre caminos que nadie ha recorrido, por lo cual la creatividad es fundamental. Sin embargo, se reconoce que para lograr nuevos productos el orden y la sistematización es fundamental. Aquí el mundo de la ciencia y sus descubrimientos se une con el productivo, desarrollando una forma de crear que responde a las necesidades de los productores.
Esta nueva forma de hacer comenzó con seminarios internos entre los diversos grupos de Bioheuris, debatiendo los resultados de diferentes experimentos y también aquello que se va desarrollando en el ecosistema, a través de reportes de “estado del arte” de los conocimientos pertinentes. Ello permite al equipo tener todas las armas para la creatividad ocurra y se direccione a la creación de productos para la gestión sostenible de cultivos.
“Fuimos creando un lenguaje común interno para comenzar a estructurar el trabajo, desde la comunicación y desde la gestión también”, nos comenta Lucas. Este lenguaje se tradujo, por ejemplo, en un sistema de gestión de experimentos, incorporando gestión de riesgos y planes de contingencia articulados con las metas económicas de la empresa. Lo fundamental de esta sistematización es tener el espacio para crear, respondiendo a las necesidades de los clientes y a los objetivos de la empresa.
Un futuro multidimensional y en cooperación
Cuando le preguntamos sobre el futuro, Carlos nos dice “La biotecnología es realmente un mundo de oportunidades, pero hay que hacer foco independientemente de esta potencialidad”. En los próximos años esperan desarrollar productos para el mercado global, concentrándose al corto plazo en aquellos destinados a “low hanging fruit” de la industria.
En este horizonte, no están solos. En palabras de Carlos, “Creemos en el trabajo en equipo dentro del ecosistema, en este sentido nos asociamos con empresas de semillas para incorporar nuestras herramientas y crecer juntos”. La articulación con su ecosistema se considera central para su desarrollo y fundamental para responder a problemas reales a través de la creatividad.
Para Lucas, el cambio es la regla. “Vemos un futuro multidimensional, para los cuales tenemos que ser flexibles y creativos, porque realmente hay múltiples escenarios posibles”. Estos escenarios no son contradictorios, sino que hablan de la potencialidad de poner la creatividad al servicio de la ciencia, algo que Bioheuris sabe hacer.