En Aceleradora Litoral queremos reconocer y acompañar a Mujeres STEM, compartiendo sus historias e inspirando a más mujeres a sumarse al ecosistema científico-tecnológico, liderando los espacios claves para el desarrollo. Hoy compartimos la historia de Maria Lucia Travaini, Líder de Investigación y Desarrollo de Inbioar S.A.S., empresa biotecnológica que desarrolla productos naturales para la protección de los cultivos a partir de extractos de plantas.
Lucía nació y creció en Monje, un pueblo del interior de Santa Fe. Estudió Biotecnología en la Universidad Nacional de Rosario, y en el año 2010, comenzó a trabajar en un proyecto de bioprospección donde conoció a Gustavo Sosa, con quien iniciaría la empresa Inbioar. A lo largo de sus estudios de doctorado, pudo combinar la investigación académica con el desarrollo del emprendimiento, y llevar las ideas del papel a la ejecución.
En este proceso, su trabajo con productos naturales le permitió desarrollar un método para buscar, evaluar y seleccionar extractos de plantas con efecto herbicida prometedor. A lo largo de su investigación trabajó con profesionales reconocidos de la Unidad de Investigación de Utilización de Productos Naturales del USDA-ARS en EE.UU., y la estación experimental de Wageningen Plant Research en Lelystad, Países Bajos. Los resultados de sus investigaciones junto a la gran experiencia y trayectoria de Gustavo, crearía lo que hoy es Inbioar, una empresa que desde Argentina está cambiando la industria del Agro, ofreciendo una alternativa sostenible para la protección de cultivos.
Para inspirar a otras mujeres, entrevistamos a Lucía sobre los desafíos y oportunidades para mujeres STEM.
Entrevistador: A lo largo de tu carrera, ¿enfrentaste desafíos por ser mujer? ¿Cómo lo hiciste?
María Lucía: “Enfrenté desafíos sin dudas, sin embargo, no siento que ser mujer me haya limitado. No puedo dejar de visualizar y valorar lo afortunada que fui por los entornos y las personas con las que interactué a lo largo de mi carrera. Familiares, docentes, profesionales, amigos…en su mayoría fueron personas generosas, que me apoyaron y alentaron a ir por lo que quería o me dieron un lugar para desarrollarme.
Al mismo tiempo, pienso que uno de los principales desafíos tiene que ver con poder compatibilizar el desarrollo o expectativas profesionales y personales. Alcanzar ciertas metas en lo profesional implica una dedicación muy grande a veces, aunque no se mida cuando lo hacés con pasión. La gratificación por los logros o aprendizajes supera enormemente el trabajo sin horarios, o las ausencias de casa pero, a veces llevan a postergar otras metas personales.
En este sentido, en INBIOAR nos apoyamos en el equipo. Por un lado, intentamos que no se concentren las responsabilidades sobre una única persona, formando a los integrantes que se fueron sumando para que puedan llevar el proyecto adelante. Por otro lado, valoramos las capacidades que nos diferencian y lo que cada uno puede aportar individualmente al proyecto. Y también nos manejamos con cierta flexibilidad en los horarios o formas de trabajar. Incluso antes de la pandemia, trabajábamos remotamente en aquello que no requería estar presente en el laboratorio. Eso genera una gran libertad para manejar los tiempos de cada uno, además de confianza y seguridad si alguno necesita ausentarse.”
Entrevistador “¿Por qué crees que es importante que más mujeres se sumen al ecosistema STEM?”
María Lucía: “Por un lado, las mujeres aportan una visión, una perspectiva diferente y la diversidad de abordajes no es solo enriquecedora, sino necesaria para encontrar soluciones innovadoras a los desafíos actuales. Pero, además, porque es necesario generar y que haya cada vez más modelos que motiven a las niñas y jóvenes a involucrarse en estas disciplinas que fueron tradicionalmente lideradas por hombres. No porque las mujeres no fueran capaces, sino porque no se les daba la oportunidad. Para romper estos prejuicios/estereotipos es importante incorporar y visibilizar a las mujeres que trabajan en STEM y sus aportes a la solución de problemas reales”.
Entrevistador: “Si pudieras mandarle un mensaje a todas las mujeres que están en dudas o aún no se animan a emprender en ciencia, ¿cuál sería?”
“Me parece súper importante no auto-limitarse, ni dejar que nos limiten las opiniones ajenas, sin haber por lo menos intentado. Siempre hay dificultades, pero todo se puede superar e incluso podemos apuntalar eso en lo que no nos sentimos fuertes, si tenemos una visión clara, perseverancia y una fuerte determinación a trabajar en pos de esta visión.
Sin duda los modelos con los que crecemos tienen una gran influencia en nuestro desarrollo. En mi caso mis modelos cercanos fueron inspiradores y eso me hizo pensar que ser mujer, ser de un pueblo, no saber inglés (en ese momento), tener que irme de mi casa o cualquier otra condición…no eran limitantes para emprender, primero la carrera que elegí, y después en este emprendimiento. Igualmente, independientemente de los modelos cercanos que tengamos, buscar y conocer las historias de mujeres que admiramos o de nuestros referentes, desde el lado humano y entender las dudas y dificultades que atravesaron, es un ejercicio motivador para encarar nuestros propios desafíos”.
Agradecemos a Lucía por compartir su historia, esperando inspire a otras emprendedoras a desafiar los estereotipos, haciendo de la ciencia su herramienta para cambiar la realidad.